En busca del Golem: un paseo por la judería de Praga.
Josefov, el barrio judío de Praga.
Josefov fue el barrio que se originó cuando las dos comunidades judías existentes en la Edad Media se unieron gradualmente. Se cree que la existencia de los judíos en la República Checa se remonta al año 970. A finales del siglo XI ya existía en Praga una comunidad establecida. Con el crecimiento de la población semita en la ciudad, se estableció durante la Edad Media un barrio judío o ghetto separado del núcleo cristiano, al norte del centro de Praga.

Durante el siglo XVI el ghetto se convirtió en un centro del misticismo judío. Intelectuales, artesanos y arquitectos de toda Europa venían a establecerse en Praga, ya que la ciudad estaba viviendo su renacimiento particular. En esta época, el ghetto permaneció prácticamente aislado del desarrollo, siendo sólo algunos judíos los que lograron convertirse en astrónomos, matemáticos, geógrafos, filósofos y artistas.

A principios del siglo XVIII, vivían en Praga mas judíos que en ningún otro lugar del mundo. En 1708, los judíos representaban un cuarto de la población de la ciudad de Praga.

El 14 de marzo de 1939, Eslovaquia se declaró independiente de Praga y firmó el Tratado de Protección con la Alemania Nazi. Al día siguiente, Alemania ocupó la República Checa. En ese momento la población judía de Praga era de 92.000 personas, casi un 20% de la población total. Al menos dos tercios de los judíos de Praga murieron durante el Holocausto. Alrededor de 26.000 miembros de la comunidad judía emigraron a distintos lugares como Palestina, Estados Unidos, América del Sur y Europa Occidental. Sin embargo, no todos los judíos tuvieron tanta suerte y gran parte de ellos fueron llevados a Terezin y posteriormente trasladados a los campos de exterminio de Auschwitz, Maidanek, Treblinka y Sobibor. 97.000 judíos checos perecieron durante la guerra, entre ellos 15.000 niños. Se estima, que sólo sobrevivieron 132 niños judíos en toda la República Checa.
Entre 1948 y 1949, el bloque soviético apoyó la creación del estado judío de Israel y en Chequia se permitió la emigración voluntaria de los judíos, sin embargo, a partir de 1949 se volvió imposible. Con el mando de Stalin, el bloque comunista se apresuró a suprimir las manifestación religiosas y de culto, incluyendo el judaísmo. Durante la época del telón de acero, el régimen comunista checo demolió unas 90 sinagogas y clausuró decenas de cementerio judíos.
En la actualidad, la Federación de Comunidades Judías estima que en la República Checa habitan unos 15.000 judíos si bien las cifras oficiales hablan de 3.000.
Visita al Josefov.


Pasamos a la Sinagoga de Pinkas. Aron Mesullam Horovic la mandó construir entre el año 1535 entre su casa (conocida como "de los codos") y el solar del viejo cementerio judío. En la posguerra, la Sinagoga se convirtió en Monumento en memoria de los judíos checos y moravos víctimas de la persecución nazi. En los años 1992-1996, en las paredes de la sinagoga se escribieron, a mano, los nombres de 80.000 judíos que murieron a causa del nazismo.



Finalmente llegamos a una de las mas importantes, la Sinagoga Española. Fue construida entre los años 1867 y 1868 en el lugar de la sinagoga mas antigua de Praga, existente ya en el siglo XII. Cuando a finales del siglo XV Isabel ala Católica expulsó a los judíos de España, un grupo de éstos se refugió en Praga. Recibieron como su santuario esta sinagoga, y por ello pasó a llamarse "española". Su singular y suntuosa decoración interior, diseñada por Antonín Baum y Bedrich Münzberger, imita los interiores españoles de La Alhambra.
Aquí pusimos fin a nuestro paseo por la judería. Como españoles cuando oímos la palabra "judería" pensamos en intrincados laberintos de callejuelas medievales como los fantásticos de Toledo o Córdoba. El antiguo barrio judío fue derribado casi por completo a mediados del siglo XIX y sólo se mantuvieron los edificios anteriormente nombrados. Por ello, en lugar de lo que debería de ser un típico barrio medieval, se construyó un elegante vecindario de calles amplias, palacetes y plazas que emparenta Praga con otras grandes capitales europeas, como por ejemplo la Avenida Parizká, donde se pueden encontrar tiendas de las marcas de lujo más prestigiosa del mundo.
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